sábado, 18 de junio de 2011

La mascara del niño enjaulado


Se encontraba tan aislado de la sabiduría
necio en su discurso de rebelde impostado
que hasta el se lo creía.
Los despojos habituales de sus hermanos lo dejaban satisfecho entre el fuego que los consumía.
Su ropa oscura estaba ciega y nadie deseaba darle un abrazo en tanto la lluvia escupía sobre el (y el mamotreto creía que era una bendición).Desde luego que el espejo no le devolvía una imagen favorable pero deseaba...ah, deseaba.
La angustia del que estaba al lado era un motivo risible para que se escape de su misero cubil y esgrimiera el discurso lastimero de combatir a lo que era tan solo otro aspecto de la desesperacion.
¿No hay trabajo?
Para los demás el asado se cocinaba en la parrilla del vecino, para el ...
Mmmm, papá puede ser mas que generoso (como todo ladrón que se coloca su mascara a plena luz del día)
Te digo que yo veo el humo en su boca, veo que sus palabras ascienden hacia el lado mas aislado y no son tangibles.Lo veo desnudo y no se que hará con el frió que se agiganta con la llegada de este invierno tan particular.
Ah, también nos menciona en algún párrafo.
Despectivamente se adjudica que nació hace siglos, lucha por nosotros y que no tiene miedo.
Honestamente no creo que su cuchillo logre cortar el aire.