Se dejan ver con miedo
Son fantasmas condenados de antemano
Que se emocionan al sobrevivir
No se soportan
Sus ideas se paralizan
Lo que sucede no ayuda
La pastillita no libera a nadie
Las ventanas del manicomio de Rodez se cierran al atardecer
No sirve fingir estar vivos
La rabia no olvida
Se quieren borrar recuerdos con desconfianza
No sirve fingir que zafaron porque los barrotes prolongan la estadía legítima
El pasado cumple su misión
Se aferra a esos niños inmaduros
Algunos tendrán suerte
En esta lotería repleta de ilusiones
Otros seguirán tocando las paredes del claustro
devorando su dolor
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