lunes, 17 de agosto de 2009

Brazos de anaconda

Me sueno los mocos infantiles ante la mirada atonita de tu madre en tanto me limpio la mierda de las zapatillas en la coqueta alfombra persa, obsequio de un diplomatico refinado.
Sus ojos laten con violencia de hebilla gruesa.
Me hago el boludo y voy al baño,
me aferro al inodoro temiendo arruinarlo todo.
Solo tenias que abrazarme y susurrarme al oido
"¡Sos tan pelotudo que me haces reir!..."
Era de preferir estar muerto, de encontrarme sonriendo en mi generoso ataud,
mi unico hogar
Pero tambien sobrevivo a las premoniciones baratas
y sobre los seres vivos me encanta hacer chistes malos
¡Ja, ja, jaaa!
Humor negro que solo a mi me causa gracia.
Me duele el estomago de angel diurno
abofeteado luego de una noche de reyes destronados.
El asco me impide danzar bajo la lluvia,
la rabia de no sentir tus brazos de anaconda estrangulandome hasta reventar mientras tu boca murmura:"¡Pobre pendejo engrupido!..., ¡Querias ser poeta y ahora te moris por mi amor!..."
Ella, la tenaza en mi garganta
el cianuro disfrazado de mujer, tenia razon
Camine por las calles cada vez mas miserables buscando al asesino
Era tanto mi anhelo de ser victima que expulse toda compasion hacia mi.
Hurgue en todos los rincones de la ciudada del pecado
con la esperanza de encontrarlo
taciturno y diabolico para suplicar como nunca lo he hecho: "¡Matame ahora...!""Mata al recuerdo, al sentimiento voraz que me atrapa y me condena a su indiferencia!"
"Esa muralla de mujer me ha condenado a una vida esteril , a un destino sombrio de niño abandonado al borde del precipicio donde todo termina..."
A veces creo que esta mierda de vida
sin abrazos y sin palabras al oido
se construye sobre la piramide de la muerte
la faraonica muerte.


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