El depredador está
enfermo
Su vida es un meme
Un pollo sin cabeza
Que grita
“¡viva la enfermedad!
¡No a la vacuna!...”
Un individuo que cultiva su propia represión
que ha germinado en el veneno
Mutilado y negado
con sentimientos de reptil
y sin ideas claras
Su ventana española nos enfrenta
A un eco de fealdad
que resuena agónicamente
El depredador no está bien
Ya no es digno de adoración
La realidad es mala compañía
y esa tentación vulgar
le revela una sola palabra:
ignorancia
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