sábado, 12 de abril de 2014

ENTREVISTA (2007) JOHN CALE

Agujeros de vagabundo

Ni The Velvet Underground ni Andy Warhol: John Cale no quiere vivir de prendas. Mientras otros honorables blindan su jubilación a base de “unpluggeds”, reuniones y festivales de verano, él sigue tan íntegro como siempre. Por ello no encontraremos en esta entrevista citas a Lou Reed o a la banana más famosa del rock, sino apelaciones al rock’n’roll, al hip hop o a su proceso creativo. Adrián de Alfonso y Jaume Ribell hablaron con Cale justo antes de que se editase el directo “Circus Live” (2007), un repaso detallado a su extensa carrera y la confimación de un repertorio que es un pedazo de historia viva de la mejor música de las últimas décadas. 
Hay hombres que a ciertas edades usan Just For Men para disfrazar cómo afecta el paso del tiempo al color de su pelo. Hay otros que a los 64 lo llevan teñido con mechas rosas. Es el caso de John Cale, quien nos recibe de esta guisa en un hotel del extrarradio de Barcelona con más cordialidad de la que uno le adjudicaría a priori. Seco pero afable, parece estar en mejor forma física de lo que cabría esperar tras lustros de riesgos y excesos, unos excesos que a día de hoy le quedan tan lejos como The Velvet Underground, la banda que colideró hace cuarenta años y de la que Cale no se muestra demasiado proclive a hablar. Ni falta que hace. Su obra en solitario es tan apasionante y está tan llena de recovecos que con los veinte minutos que nos han sido otorgados para hablar no tenemos ni para empezar. Cale, perro viejo, prefiere centrarse en el presente: este mes de febrero llega a las tiendas “Circus Live” (EMI, 2007), un doble CD en directo donde resume esas cuatro décadas de vida dedicadas a la creación musical: un más que ajetreado trayecto del que su memoria parece haber salido resentida –la entrevista está plagada de pausas y de frases inacabadas– y que le ha llevado a dar bandazos entre la música experimental y el pop más clásico. “Ahora mismo no sabría decir un lugar”, responde John Cale cuando le preguntamos dónde vive actualmente. “A veces me siento un vagabundo en todos los aspectos, aunque creo que tengo una casa en Nueva York”, ironiza.
“En todos los conciertos que hago ahora mismo está prohibido sacar fotos, pero hicimos aquel llamamiento y nos llegaron muchas, y en algunas incluso se ven las señales prohibitivas que solemos disponer en las salas donde tocamos”
¿Por qué has titulado tu nuevo disco “Circus Live”? La última gira que hicimos fue larguísima, y acabamos dando vueltas los unos alrededor de los otros como si estuviéramos locos… Pero, bueno, el circo real empezó después de que acabáramos de mezclar. Originalmente, la idea era sacar un single, “Jumbo In Tha Modernworld”, pero luego nos dimos cuenta de que teníamos un par de canciones más con las que podríamos hacer un bonito EP. La compañía nos dijo que aquello no era factible, y nos propuso sacar un álbum entero. Todos los que participamos en la gira empezamos a remover entre todo lo que teníamos grabado y dimos con lo que sería el 90% del material que hemos recogido para el disco, pero entonces empezamos a descubrir maravillosas opciones que no queríamos dejarnos en el tintero. Llegamos a septiembre, cuando realmente queríamos haber acabado con la selección en agosto, y entonces se nos ocurrió la brillante idea de sacar un DVD. En octubre, cuando se suponía que tenía que salir el disco, perdimos definitivamente el control del proceso. Ahí empieza el circo real. Había tantas propuestas diferentes planteándose a la vez… Finalmente, hemos decidido publicar un doble CD con DVD y, además, una edición especial de tres vinilos con DVD. El “artwork” –realizado por el ilustrador Dave McKean– se ha hecho con tanto detalle y cariño… No sé. Ha sido una auténtica pesadilla, pero si realmente el disco sale al mercado tal y como lo hemos planeado, será una auténtica maravilla. En el vinilo, por ejemplo, hay un póster hecho a partir de todas las fotos que los fans han enviado a la página web. Es paradójico, porque en todos los conciertos que hago ahora mismo está prohibido sacar fotos, pero hicimos aquel llamamiento y nos llegaron muchas, y en algunas incluso se ven las señales prohibitivas que solemos disponer en las salas donde tocamos.
 
JOHN CALE, Agujeros de vagabundo
“Siempre hay ruidos ahí fuera: alguien tosiendo, los vasos en la barra… Mis conciertos tienen en cuenta el ambiente, permiten que esos elementos de fuera afecten a la música”. Foto: Colin Lane
 
No es la primera vez que publicas un álbum en directo, pero la verdad es que últimamente no se estilan demasiado este tipo de discos… La idea de hacer un álbum en directo surgió sin control. No hay nada premeditado en ello. Lo que ocurre con los discos en directo es que nunca sabes adónde te van a llevar. Tampoco tengo muy claro qué significa tener éxito con un álbum en directo... Ahora mismo me viene a la cabeza la toma en vivo del tema “In-A-Gadda-Da-Vida” de Iron Butterfly... con ese gigantesco solo de batería. Menuda bomba. Ha habido discos en directo que han llegado a ser verdaderos “hits”, pero es poco frecuente que eso ocurra. También me acuerdo de Peter Frampton. Su verdadero sonido de guitarra solo podía escucharse en sus discos en vivo. O Pink Floyd, que tienen algunos álbumes en directo que están mucho mejor grabados que sus discos de estudio; más que nada porque explican con mayor precisión cómo era cada uno de sus componentes.
“El riesgo llega no solo cuando estás tocando en directo, sino cuando después escuchas lo que has grabado. Es bastante delicado el momento en que debes decidir cuál de las tomas que tienes te interesa incluir en el disco o no… No sé, es como ponerse a uno mismo en un lugar altamente vulnerable”
¿Qué diferencias habría entre este disco y “Sabotage/Live” (Spy, 1979) o “Even Cowgirls Get The Blues” (ROIR, 1987)? Respecto a esos trabajos, este “Circus Live” tiene mucha más energía y se adentra más en la improvisación. No es un disco fácil de escuchar... Es el reflejo de alguien intentando dirigirse a un sitio que desconoce, intentando llevar su música a otro nivel. Por eso a veces las letras cambian y el significado de las canciones gira… En este sentido, el riesgo llega no solo cuando estás tocando en directo, sino cuando después escuchas lo que has grabado y te das cuenta de todo lo que has llegado a decir realmente. Es bastante delicado el momento en que debes decidir cuál de las tomas que tienes te interesa incluir en el disco o no… No sé, es como ponerse a uno mismo en un lugar altamente vulnerable.
Tienes fama de ser muy estricto con tu banda. ¿Tienes idea de cómo lo llevan?Esta es la tercera gira con esta banda. Más que miembros de una banda, los considero una tripulación que poco a poco va cogiendo forma. Son músicos que se respetan mucho entre sí y están realmente interesados en expandirse musicalmente. Pero también están los que cuidan el sonido… Son personas muy difíciles de encontrar porque normalmente piden mucho dinero. Y eso es algo de lo que no suelo disponer cuando me voy de gira... No sé, viajar con nueve personas es complicado. Pero el hecho de tener una tripulación a tu cargo es una experiencia única, y conseguir que funcione y sea capaz de materializar ciertas ideas es algo muy satisfactorio. En directo no solo toco guitarra y piano, sino que también utilizo el Roland SP-404, que es como un sampler, y el Kaoss Pad, que permite crear buenos efectos de voz, así que normalmente no puedo apartar la mirada de lo que estoy haciendo; por tanto, necesito que el resto de la banda tenga las cosas muy claras. Hace poco me hice con el último modelo de Kaoss Pad que ha sacado Korg, y es fantástico cómo consigue que la voz llegue a crujir... Solo por eso ya vale la pena comprárselo.
Te sigue gustando el ruido como antes… El ruido y el crepitar es todavía mi música favorita, en efecto.
 
JOHN CALE, Agujeros de vagabundo
“El ruido y el crepitar es todavía mi música favorita”. Foto: Colin Lane
 
Hablando de ruido y experimentación, ¿qué queda hoy en tu música de todas aquellas enseñanzas de John Cage y La Monte Young? La manera en que mi último álbum funciona es totalmente cageiana, eso no te lo voy a negar. Empiezo con un “drone” fantástico y a medida que va pasando el disco voy lanzando más y más “drones”... En este trabajo la música poco tiene que ver con lo que suele escucharse en la grabación de un concierto al uso, más que nada porque llega un punto en que todas mis canciones dejan de ser sacrosantas. Siempre hay ruidos ahí fuera: alguien tosiendo, los vasos en la barra… Mis conciertos tienen en cuenta el ambiente, permiten que esos elementos de fuera afecten a la música. El público produce también ese zumbido tan característico, parecido al de una radio, con el que hay que saber jugar. Es la idea de la música concreta, ni más ni menos… La Monte Young, en cambio, giraba más en torno a la entonación, y eso liga con lo que actualmente hago con el Roland SP-404. En el aparato tengo grabados varios “drones” de diferentes categorías. Lo que hago es disponer un “drone” principal y luego voy disparando otros que, aun estando en tonalidades superiores o inferiores, guardan una relación con él. De alguna manera, lo que hago es afinar el conjunto en relación a esa línea principal para crear una unidad que, en realidad, sea una única nota tónica. Es muy interesante jugar con eso. Los colores que consigues a partir de este procedimiento son maravillosos, y eso es algo que con una banda de rock al uso no suele tenerse en cuenta. Por ejemplo, en medio de “Mercenaries (Ready For War)” aparece ese terrorífico “drone” totalmente fuera de tono, pero funciona y le da una textura muy especial.
“Justin Timberlake me parece alguien muy inteligente, por ejemplo. Tiene mucho talento, y no solo para hacer canciones. Las producciones de Danger Mouse también me parecen soberbias... A nivel de letras no ha habido nadie como el tándem The Notorious B.I.G. y Tupac Shakur… R. Kelly también tiene grandes letras, aunque no querría entrar en sus problemas con la justicia”
¿Qué crees que no ha cambiado desde que empezaste a hacer música? Hay dos constantes: la inquietud y la frustración… La frustración me viene por no llegar a las cosas tan rápido como querría. Soy muy impaciente. Por ejemplo, cuando estoy en el estudio escribiendo una canción, muchas veces trazo cuatro líneas y al poco me deshago de ella. No soy capaz de definir adónde quiero llegar ni lo que quiero hacer hasta que toco mis canciones en directo. Necesito pasar por varios escenarios para darme cuenta de qué acorde le falta a una canción o qué cambio requiere en un momento dado. La verdad es que el hecho de saber que hay alguien que te está escuchando ahí fuera te hace más consciente de lo que haces o dejas de hacer.
Has trabajando con grandes músicos. ¿Alguno que haya dejado huella? Brian Eno es la persona con quien más chistes y absurdidades he intercambiado en mi vida. Era muy rápido y bueno en ello. Por ejemplo, podíamos montarnos en un taxi y empezar una conversación tipo: “¿Estás seguro de que encendiste la mecha?”, le preguntaba yo. Y él respondía: “Sí”. Y yo le decía: “La última vez que intenté encenderla estaba mojada”. A lo que él me replicaba: “No, estaba seca. ¡La he visto encenderse!”… No sé, empezábamos una conversación así en la parte de atrás de un taxi y el taxista nos miraba por el espejo con cara de miedo, lógicamente. Aquello era fantástico, y siempre funcionaba. Podías hacer ese tipo de bromas en cualquier sitio, y él siempre cogía el hilo perfectamente. Qué buenos momentos...
¿Qué tipo de música te interesa ahora? Hay algunos artistas de R&B que me gustan mucho. Baby Bash hace una música tremendamente sexy… Kokane sigue gustándome como el primer día. Su voz tiene mucha alma; me recuerda a la de Sly Stone, quien podía pasar de un gruñido a la voz más suave y dulce que pudieras imaginar en un abrir y cerrar de ojos. Eso sí, en general en las listas no hay nada que me atraiga demasiado. Además, siempre que escucho algo lo hago con oído de productor, y eso me cierra muchas puertas... Justin Timberlake me parece alguien muy inteligente, por ejemplo. Tiene mucho talento, y no solo para hacer canciones. Las producciones de Danger Mouse también me parecen soberbias... A nivel de letras no ha habido nadie como el tándem The Notorious B.I.G. y Tupac Shakur... R. Kelly también tiene grandes letras, aunque no querría entrar en sus problemas con la justicia.
¿Toda la música que escuchas está tan alejada de lo que haces? No. También oigo los discos de Nick Drake cuando voy a Starbucks, pero en ese momento me digo a mí mismo: “Estoy contento de que mis discos no suenen aquí”. Todo eso me hace pensar en lo fácilmente que hoy en día se asimilan cosas que en realidad no son fáciles de asimilar, como Sade o Seal.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario